FOTO DE CABECERA
THE KEY IN THE HAND" (LA LLAVE EN LA MANO). PABELLÓN DE JAPÓN
una pieza de arte de la artista japonesa Chiharu Shiota
una pieza de arte de la artista japonesa Chiharu Shiota
la bienal de venecia 2015
89 pabellones forman parte de la 56 edición de este escaparate internacional que abre sus puertas al público el 9 de mayo y que cerrará el 22 de noviembre.
El nombre del pabellón japonés corría de boca en boca entre los periodistas y los profesionales en los días previos a la apertura al público de la Bienal de Venecia. Su visita era inexcusable. Y desde el 9 de Mayo, el público puede también disfrutar de la deslumbrante instalación de la japonesa Chiharu Shiota (Osaka, 1972). Se titulaThe Key in the Handy en ella millares de pequeñas llaves, provenientes de todo el mundo, penden de una enorme maraña de hilos rojos que sobrevuelan dos barcazas. Sentada a la sombra de unos árboles en la puerta del pabellón, la artista contaba que ha querido escribir una poesía dedicada a la ausencia y las huellas del pasado. Sus hilos rojos son una manera de enmarcar la memoria para conocer los propios orígenes.
Ella es una de las numerosas mujeres artistas de esta 56 edición de la cita mundial del arte contemporáneo con sus propuestas impactantes y arriesgadas. Tal vez haya sido la casualidad o el deseo de estar al nivel de la conciencia crítica e igualitaria del comisario general, Okwui Enwezor, pero lo cierto es que el protagonismo femenino en el certamen, que se prolonga hasta el 22 de noviembre, es mayor que nunca.
Basta con señalar algunos de los pabellones históricos ocupados por mujeres: Estados Unidos (Joan Jonas), Rusia (Irina Nakhova), Gran Bretaña (Sarah Lucas), Japón (Chiharu Shiota), Grecia (Maria Papadimitriou), Suecia (Lina Selander), Noruega (Camille Norment) o Chile (Paz Errázuriz y Lotty Rosenfeld). Además, se aprecia una notable presencia de mujeres en otros pabellones que llevan varios artistas, como es el caso de México (Tania Candiani) o España, donde Helena Cabello & Ana Carceller junto a Pepo Salazar y Francesc Ruiz reinterpretan la figura de Dalí. Los asistentes podrán contemplar también los premiados con los Leones de Oro al pabellón de Armenia y al artista Adrian Piper por su obra All the World´s Futures goes
A pocos metros de Japón se encuentra el Pabellón de Reino Unido con la artista más mediática de la Bienal: Sarah Lucas (Londres, 1962), famosa desde finales de los años ochenta por unas obras que se mueven entre el erotismo más crudo y el sentido del humor más agudo. La escultura de un falo caminando a cuatro patas recibe al visitante. A lo largo de cuatro salas, la creadora recrea a tamaño natural partes del cuerpo masculino o femenino en cuyos orificios ha colocado cigarrillos. Con menos glamour mediático, pero con un interés mayor si cabe, el Pabellón de Estados Unidos expone a Joan Jonas (Nueva York, 1936), pionera de la performance, el cine experimental, la instalación y el vídeo. Conocida por su feminismo militante, Jonas se califica a sí misma como antropóloga del arte. Su trabajo en el pabellón es un homenaje a los océanos como fuente de vida y universo de los seres vivos. De la naturaleza y de la memoria habla también Irina Nakhova (Moscú, 1955) en el Pabellón de Rusia. Dentro del edificio, la artista ha recreado una construcción llena de ventanas artificiales en las que se proyectan simultáneamente imágenes del pasado e instantáneas de la Rusia más moderna y cosmopolita.
En el presente está inspirada la instalación de Maria Papadimitriou (Atenas, 1957) para el Pabellón de Grecia. La artista, que fue protagonista de una exposición en el Reina Sofía en enero de 2004, recrea la vivienda de un viejo taxidermista que ha perdido su casa y posesiones. Titulada ¿Por qué miras a los animales?, la obra arranca con un vídeo en que el protagonista, Dimitris Ziogos, habla de los orígenes de su familia de desplazados armenios. Papadimitriou explica que la instalación tiene múltiples lecturas y que, aunque la primera sea la de la ruina económica que soportan en Grecia, cada uno puede tener una visión propia: “Aquí se habla de un hombre con un trabajo determinado, pero se puede traducir por una metáfora griega. La vida es un largo viaje con muchas lecturas y cada uno aprende las lecciones que les interesan”.
En el nuevo Pabellón de México, por primera vez dentro de los recintos oficiales, Tania Candiani comparte con Luis Felipe Ortega una misma instalación, Possesing Nature, en la que se recrea un muro construido para contener el avance del agua, como ocurre en Venecia y como sucede en algunas ciudades mexicanas. Respecto al novedoso aumento de la presencia de mujeres artistas, Candiani asegura que la igualdad solo se habrá conseguido el día en el que dejemos de contar el número de mujeres presentes en un evento: “Será la señal de que la igualdad ha llegado para quedarse”
Ella es una de las numerosas mujeres artistas de esta 56 edición de la cita mundial del arte contemporáneo con sus propuestas impactantes y arriesgadas. Tal vez haya sido la casualidad o el deseo de estar al nivel de la conciencia crítica e igualitaria del comisario general, Okwui Enwezor, pero lo cierto es que el protagonismo femenino en el certamen, que se prolonga hasta el 22 de noviembre, es mayor que nunca.
Basta con señalar algunos de los pabellones históricos ocupados por mujeres: Estados Unidos (Joan Jonas), Rusia (Irina Nakhova), Gran Bretaña (Sarah Lucas), Japón (Chiharu Shiota), Grecia (Maria Papadimitriou), Suecia (Lina Selander), Noruega (Camille Norment) o Chile (Paz Errázuriz y Lotty Rosenfeld). Además, se aprecia una notable presencia de mujeres en otros pabellones que llevan varios artistas, como es el caso de México (Tania Candiani) o España, donde Helena Cabello & Ana Carceller junto a Pepo Salazar y Francesc Ruiz reinterpretan la figura de Dalí. Los asistentes podrán contemplar también los premiados con los Leones de Oro al pabellón de Armenia y al artista Adrian Piper por su obra All the World´s Futures goes
A pocos metros de Japón se encuentra el Pabellón de Reino Unido con la artista más mediática de la Bienal: Sarah Lucas (Londres, 1962), famosa desde finales de los años ochenta por unas obras que se mueven entre el erotismo más crudo y el sentido del humor más agudo. La escultura de un falo caminando a cuatro patas recibe al visitante. A lo largo de cuatro salas, la creadora recrea a tamaño natural partes del cuerpo masculino o femenino en cuyos orificios ha colocado cigarrillos. Con menos glamour mediático, pero con un interés mayor si cabe, el Pabellón de Estados Unidos expone a Joan Jonas (Nueva York, 1936), pionera de la performance, el cine experimental, la instalación y el vídeo. Conocida por su feminismo militante, Jonas se califica a sí misma como antropóloga del arte. Su trabajo en el pabellón es un homenaje a los océanos como fuente de vida y universo de los seres vivos. De la naturaleza y de la memoria habla también Irina Nakhova (Moscú, 1955) en el Pabellón de Rusia. Dentro del edificio, la artista ha recreado una construcción llena de ventanas artificiales en las que se proyectan simultáneamente imágenes del pasado e instantáneas de la Rusia más moderna y cosmopolita.
En el presente está inspirada la instalación de Maria Papadimitriou (Atenas, 1957) para el Pabellón de Grecia. La artista, que fue protagonista de una exposición en el Reina Sofía en enero de 2004, recrea la vivienda de un viejo taxidermista que ha perdido su casa y posesiones. Titulada ¿Por qué miras a los animales?, la obra arranca con un vídeo en que el protagonista, Dimitris Ziogos, habla de los orígenes de su familia de desplazados armenios. Papadimitriou explica que la instalación tiene múltiples lecturas y que, aunque la primera sea la de la ruina económica que soportan en Grecia, cada uno puede tener una visión propia: “Aquí se habla de un hombre con un trabajo determinado, pero se puede traducir por una metáfora griega. La vida es un largo viaje con muchas lecturas y cada uno aprende las lecciones que les interesan”.
En el nuevo Pabellón de México, por primera vez dentro de los recintos oficiales, Tania Candiani comparte con Luis Felipe Ortega una misma instalación, Possesing Nature, en la que se recrea un muro construido para contener el avance del agua, como ocurre en Venecia y como sucede en algunas ciudades mexicanas. Respecto al novedoso aumento de la presencia de mujeres artistas, Candiani asegura que la igualdad solo se habrá conseguido el día en el que dejemos de contar el número de mujeres presentes en un evento: “Será la señal de que la igualdad ha llegado para quedarse”
Un total de 136 artistas, 89 países con sus respectivos pabellones y 44 exposiciones colaterales. Toda esta oferta puede contemplarse en Venecia para este año . Un gran evento en el que hay arte para todos los gustos pero en el que, como dice su comisario general, Okwui Enwezor, se pretende «ocupar los espacios de la Bienal y pre-ocupar el tiempo y el pensamiento del público». Unos pensamientos que el artista Sean Scully plasma en una serie pinturas abstractas que se pueden ver en el Palacio Falier, situado en el Gran Canal. La figura de Scully destaca entre las habitaciones de este precioso palacio y él mismo explica que cuando realizaba estas pinturas –caracterizadas por el uso intenso de los colores azul, gris y verde– «estaba preocupado con mis memorias de Venecia, el movimiento del agua, cómo golpeaba a los ladrillos y las piedras de la ciudad».
Un movimiento del agua que llega a su máxima expresión con la llegada de los cruceros que desembarcan a las hordas de turistas que convierten a esta ciudad prácticamente en intransitable a lo largo de todo el año. Unos barcos que estos días se cruzan con los elegantes yates de los coleccionistas que acuden de todos los lugares para visitar su exposición principal y los distintos pabellones dispersos por el Arsenale y el Giardini y que, además, se pueden encontrar con cosas maravillosas como un jardín totalmente remodelado por Ursula von Rydingsvard para instalar allí sus esculturas monumentales.
La exposición general lleva el título de «Todos los futuros del mundo» y, como hace presagiar un título tan amplio, aquí cabe de todo. El comisario ha echado mano de artistas consagrados como Georg Baselitz (del que pueden contemplarse un buen conjunto de obras de gran formato), Christian Boltanski y Steve McQueen (ambos con videoarte), Andreas Gursky (con obras tanto de gran como pequeño formato), Marlene Dumas (con una serie de pequeños retratos de calaveras), Hans Haacke (con una instalación en la que un ventilador es el protagonista), Walker Evans (con sus míticos retratos de los años 30), Katharina Grosse (quien recurre a su habitual colorido, que pudimos ver este año en ARCO, pero trasladado a una gran instalación con tierra y telas), Robert Smithson (con la reproducción de su mítico árbol muerto de 1969) o Bruce Nauman, quien expone sus conocidos tubos de neón junto con un conjunto de machetes realizados por Adel Abdessemmed. Entre los artistas emergentes incluidos en la emuestra abundan los africanos, entre los que destaca la instalación deBarthélémy Toguo y los dibujos de manifestantes de Rirkrit Tiravanija.
Dalí y el pabellón españolDe entre los pabellones nacionales, resalta el de Japón, que ha apostado por la joven artista Chiharu Shirota (Osaka, 1972), quien ha instalado dos barcas en el interior del pabellón a las que ha rodeado de sus característicos hilos de lana roja que se apoderan de todo el espacio y del que cuelgan 50.000 viejas llaves que simbolizan la memoria. Suiza ha optado por Pamela Rosenkraz, quien ha diseñado una instalación en la que contemplamos una enorme e inquietante balsa de color marrón que simboliza el eurocentrismo encarnado en el color «carne» de la piel. Mientras que Gran Bretaña, Francia y EE.UU. han optado por artistas consagrados como Sarah Lucas, Céleste Boursier-Mougenot y Joan Jonas, respectivamente.
Por su parte, el pabellón español acoge el diálogo de tres artistas con la figura (que no la obra) de Dalí, quien está presente a través de diversos vídeos documentales. Pepo Salazar ha realizado una gran instalación para ser recorrida con la vista, el oído y el olfato. Francesc Ruiz ha homenajeado a la publicación «Dalí News» con un quiosco repleto de noticias de escándalos sobre Berlusconi y un apartado de publicaciones para adultos. Y Cabello y Carceller apuestan por un vídeo de 17 minutos que muy pocos visitantes se detienen a contemplar, dada la amplia oferta existente y el poco tiempo disponible.
Un movimiento del agua que llega a su máxima expresión con la llegada de los cruceros que desembarcan a las hordas de turistas que convierten a esta ciudad prácticamente en intransitable a lo largo de todo el año. Unos barcos que estos días se cruzan con los elegantes yates de los coleccionistas que acuden de todos los lugares para visitar su exposición principal y los distintos pabellones dispersos por el Arsenale y el Giardini y que, además, se pueden encontrar con cosas maravillosas como un jardín totalmente remodelado por Ursula von Rydingsvard para instalar allí sus esculturas monumentales.
La exposición general lleva el título de «Todos los futuros del mundo» y, como hace presagiar un título tan amplio, aquí cabe de todo. El comisario ha echado mano de artistas consagrados como Georg Baselitz (del que pueden contemplarse un buen conjunto de obras de gran formato), Christian Boltanski y Steve McQueen (ambos con videoarte), Andreas Gursky (con obras tanto de gran como pequeño formato), Marlene Dumas (con una serie de pequeños retratos de calaveras), Hans Haacke (con una instalación en la que un ventilador es el protagonista), Walker Evans (con sus míticos retratos de los años 30), Katharina Grosse (quien recurre a su habitual colorido, que pudimos ver este año en ARCO, pero trasladado a una gran instalación con tierra y telas), Robert Smithson (con la reproducción de su mítico árbol muerto de 1969) o Bruce Nauman, quien expone sus conocidos tubos de neón junto con un conjunto de machetes realizados por Adel Abdessemmed. Entre los artistas emergentes incluidos en la emuestra abundan los africanos, entre los que destaca la instalación deBarthélémy Toguo y los dibujos de manifestantes de Rirkrit Tiravanija.
Dalí y el pabellón españolDe entre los pabellones nacionales, resalta el de Japón, que ha apostado por la joven artista Chiharu Shirota (Osaka, 1972), quien ha instalado dos barcas en el interior del pabellón a las que ha rodeado de sus característicos hilos de lana roja que se apoderan de todo el espacio y del que cuelgan 50.000 viejas llaves que simbolizan la memoria. Suiza ha optado por Pamela Rosenkraz, quien ha diseñado una instalación en la que contemplamos una enorme e inquietante balsa de color marrón que simboliza el eurocentrismo encarnado en el color «carne» de la piel. Mientras que Gran Bretaña, Francia y EE.UU. han optado por artistas consagrados como Sarah Lucas, Céleste Boursier-Mougenot y Joan Jonas, respectivamente.
Por su parte, el pabellón español acoge el diálogo de tres artistas con la figura (que no la obra) de Dalí, quien está presente a través de diversos vídeos documentales. Pepo Salazar ha realizado una gran instalación para ser recorrida con la vista, el oído y el olfato. Francesc Ruiz ha homenajeado a la publicación «Dalí News» con un quiosco repleto de noticias de escándalos sobre Berlusconi y un apartado de publicaciones para adultos. Y Cabello y Carceller apuestan por un vídeo de 17 minutos que muy pocos visitantes se detienen a contemplar, dada la amplia oferta existente y el poco tiempo disponible.